En un movimiento que ha sacudido el panorama político de los Estados Unidos, el presidente Joe Biden ha anunciado su retirada como candidato para la reelección en 2024. Esta decisión llega tras semanas de intensa presión y especulación sobre su capacidad para liderar una nueva campaña presidencial.
La controversia en torno a la candidatura de Biden, de 81 años, alcanzó su punto álgido después de un debate televisado con Donald Trump el 27 de junio. Durante este encuentro, el presidente pareció física y cognitivamente agotado, luchando por rebatir las afirmaciones a menudo falsas de su oponente y ofreciendo respuestas divagantes.
A pesar de los esfuerzos posteriores para recuperar la iniciativa, incluyendo discursos de mayor energía y apariciones públicas, Biden continuó mostrando signos de cansancio en entrevistas y eventos. Esto llevó a que cada vez más demócratas prominentes comenzaran a cuestionar su futuro político o incluso a pedir explícitamente que se retirara.
La intervención de George Clooney, uno de los mayores donantes de los demócratas, en el New York Times, donde escribió que «la única batalla que (Biden) no puede ganar es la lucha contra el tiempo», marcó un punto de inflexión significativo.
Incluso el intento de asesinato de Donald Trump no logró desplazar la historia de Biden del ciclo de noticias. La situación se complicó aún más cuando se anunció que Biden había sido diagnosticado con COVID-19, forzándolo a recuperarse en su casa en Delaware.
Tras estos eventos, el Partido Demócrata parecía estar avanzando con un plan para confirmar la nominación de Biden a través de una votación virtual antes de la convención del partido en Chicago en septiembre. Sin embargo, antes de que este plan pudiera llevarse a cabo, Biden anunció su retirada.
Ahora, la atención se centra en quién será el sucesor de Biden como nominado. La vicepresidenta Kamala Harris emerge como la opción más obvia, con la posibilidad de convertirse en la primera mujer presidenta de los Estados Unidos. Sin embargo, otros demócratas populares como el gobernador de California, Gavin Newsom, y la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, también han sido sugeridos como posibles nominados.
Esta decisión de Biden marca un momento crucial en la política estadounidense, dejando al Partido Demócrata en una posición incierta a medida que se acercan las elecciones de 2024. El desenlace de esta situación sin precedentes podría tener profundas implicaciones para el futuro político de los Estados Unidos y el equilibrio de poder global.