El conflicto que mantienen los empresarios Juan Ramón Gómez Díaz y Danny Alcántara, por el derecho de propiedad sobre el qcanal 3, es uno de los temas de mayor conversación en la República Dominicana en estos momentos.
Es un conflicto de intereses económicos entre dos personas trabajaron juntas, por décadas, y mantuvieron una relación de la mejor, como de «padre a hijo».
Danny y Juan Ramón son bien conocidos y con sus acciones han forjado vínculos afectivos con muchas gentes.
Si usted viaja con Danny Alcántara a cualquier comunidad del país, como me tocó a mí en ocasiones, usted se impresiona con el cariño que lo tratan.
Si usted acompaña a Juan Ramón Gómez Díaz a cualquier comunidad del país, usted se impresiona por el derroche de gratitud que las personas le expresan.
El agrado social hacia Juan Ramón Gómez Díaz estuvo en niveles tan altos que en la primera década de este siglo XXI su nombre salía en los estudios de mercados como opción presidencial, sin que estuviera registrado en el cuestionario.
Se está hablando del pleito en todos los predios y niveles sociales. Observo cómo las gentes abordan el impase y percibo que las conversaciones no irradian alegrias ni emociones como en otros conflictos que parecen películas y novelas de entretenimiento.
Hay muchas gentes amigas de Juan Ramón y de Danny (de los dos) que están apenadas, adoloridas y hasta avergonzadas.
Este drama penoso adquiere impulso y fuerza en la medida en que se acerca la Navidad.
¿Será ese el principal regalo que Gómez Díaz y Danny Alcántara le tienen al pueblo dominicano para la Navidad 2025 y Año Nuevo 2026.
Es evidente que son dos personas «cabezua» y con mucho ego. Cuentan con muchos amigos en común, pero no hay uno sólo con la autoridad sobre ambos para juntarlo y pedirle: «Paren eso. Ustedes son dos viejos exitosos a los que el dinero le sobra y ninguno obtiene ganancia con este episodio bochornoso que lacera la ecología emocional de un importante porcentaje de la población».
Santísimo.





